Es difícil entender el estado actual de la civilización humana sin el impacto que ha tenido la domesticación de plantas y animales por parte del hombre. Incluso, es considerado que el hombre actual se ha “domesticado” a sí mismo favoreciendo algunos rasgos sociales. La domesticación también es definida como selección artificial, y es considerada una de las relaciones mas fascinantes entre los seres humanos y la naturaleza. El proceso de domesticación pudo haber comenzado entre 12,000 y 11,000 años durante lo que es conocido como la revolución del Neolítico. En ese entonces, algunas poblaciones de seres humanos dejaron de ser cazadores y recolectores, actividades que habían realizado el 95% de tiempo desde que anatómicamente el hombre moderno apareció 200.000 años atrás, y abandonaron así su aparente exitosa estrategia de subsistencia para volverse agricultores. La transición de hábitos nómadas a sedentarios fue posible gracias al desarrollo de la agricultura, y esto a su vez hizo posible el desarrollo de las civilizaciones y dinastías que dieron origen a nuestros sistemas sociales actuales. Por esta razón, determinar dónde, cuándo y cómo los procesos de domesticación ocurrieron es un pre-requisito para estudiar y entender nuestras complejas sociedades. Este ensayo, pretende introducir al estudio de la domesticación de plantas y animales, definiendo el proceso y haciendo un recorrido histórico sobre su desarrollo.

Para una correcta definición de domesticación, es necesario entender su etimología, sus características y las diferencias con otros términos. El término domesticación proviene del Latín domesticum que significa “perteneciente a la casa”, refiriéndose al hecho de trasladar una población de plantas o animales de su estado silvestre a las viviendas, ya sea campos de cultivo o jardines. La domesticación como término biológico, involucra la modificación de la variación genética de plantas y animales producto de las actividades humanas. Este proceso también conocido como selección artificial o antrópica, ocurre cuando los humanos seleccionan de manera directa o indirecta características de individuos o poblaciones, cambiando así las frecuencias de estas variantes en la especie. Con el paso de las generaciones, estos cambios pueden llegar a producir individuos difíciles de distinguir de sus ancestros silvestres.
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